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Te enseñamos cómo puedes hacer abono en casa


Sabemos que el abono con materia orgánica tiene la capacidad de añadir más nutrientes al suelo, incrementando su fertilidad y viabilidad. Una forma barata de fabricar abono es utilizando los desechos orgánicos que generamos diariamente en nuestro hogar. De esta forma, conseguiremos un triple beneficio, reduciendo la utilización de fertilizantes sintéticos sobre el suelo, menor gasto en abonos y aprovechamiento de los residuos del hogar (menor cantidad de basura generada).


Pieles de plátano

Los plátanos poseen un alto contenido en potasio, que es muy beneficioso como nutriente para nuestras plantas, por ejemplo, es muy beneficioso para la floración. Después de comernos la fruta, podemos utilizar su cáscara para hacer abono casero.

Cáscaras de huevo

Las cascaras de huevo son muy beneficiosas en el jardín, pues aportan nutrientes como el carbonato cálcico y sirven como repelente de plaga. Lo ideal es triturar bien las cáscaras para añadirlas a nuestro abono casero, aunque también se puede hacer con ellas un polvo y extenderlo bien por la base de nuestras plantas.

Los posos del café

Tras tomarnos una taza de café, podemos aprovechar los posos o restos de café para fabricar abono para nuestras plantas, ya que aportan una buena cantidad de nitrógeno, muy beneficioso como nutriente. También se pueden mezclar directamente en el suelo o ser extendidos en su superficie.


Aunque se puede echar algunos residuos orgánicos directamente al suelo, lo ideal para que estos se descompongan es seguir una serie de pasos para fabricar un abono casero o compost. Estos pasos para hacer un abono orgánico en casa para tus plantas son:

  1. Realizar unos agujeros en la superficie de un recipiente pequeño de un metro de profundidad aproximadamente (o en un contenedor grande o mediano, según nuestras necesidades).

  2. Colocar dentro 4 o 5 dedos de tierra (o más según el contenedor).

  3. Añadir desechos orgánicos (ejemplos mencionados anteriormente). Es importante que no sean desechos procedentes de ningún producto animal.

  4. Tapar con un poco más de tierra.

  5. Cada cierto tiempo (aproximadamente dos semanas), remover bien con una pala, llevando los restos que están abajo a la superficie y viceversa. Este paso es importante para airear nuestro abono casero.

Tras algunas semanas, comienzan a aparecer gusanos, moscas de la fruta y otros insectos en nuestro abono; señal de que el proceso de descomposición se está produciendo. Cuando la tierra adquiere aspecto negro, grumoso y la materia orgánica se ha descompuesto totalmente, estará lista para ser aplicada en el jardín o el huerto. El olor del abono debe ser parecido al de la tierra mojada. El procesos de fabricación del abono, suele tardar dos meses, si empezamos en verano (el calor favorece la descomposición) y cinco meses, si empezamos en invierno. Para aplicarlo, repártelo expandiéndolo bien alrededor de las raíces de las plantas, mediante un rastrillo u otro instrumento.

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